Muchachos,
pido entrada y me arremango,
que esta noche traigo un tango
viejo tango de mi flor.
Muchachos,
abanicando este fueye
un viejo reconoce ese
si hacha sentemental,
en un rincon de Pompeya
un callejón, una estrella
la oscura pena de un mal.
Prendida al alma la llevo
como condena para mi mal
era su alma la noche
de dura pena negra y fatal.
Rencores que no la olvida
me asaltan a cada paso
mostrándome en el fracaso
el resto de una ilusión.
Rencores que no la olvida
me asaltan a cada paso
mostrándome en el fracaso
el resto de una ilusion.
Muchachos,
pido entrada y me arremango,
que esta noche traigo un tango,
viejo tango de mi flor.