Se ven de nuevo en el patio
Las flores en los rosales
Y alzan sus cantos triunfales
Los canarios del jaulón
De nuevo están los chicuelos
Jugando lo mismo que antes
Mientras que el Sol deslumbrante
Llena el viejo caserón
Se oye otra vez aquel reír
De las alegres muchachas
Que saben decir, llenas de fervor
La frenética canción del amor
Pero hasta el rumor de un leve cantar
Nos hace siempre gemir de pesar
Desde que te fuiste, hermano
Hasta la triste región sombría
La casquivana alegría
A nuestra pieza no ha vuelto jamás
Aunque las mañanas tengan
Encantos indefinibles
Y los días apacibles
Vuelquen besos de esplendor
Las penas que el alma siente
No pueden borrarse nunca
Porque los goces se truncan
Si se agranda el sinsabor