Buscaba mi alma con afán tu alma,
buscaba yo la virgen que a mi frente
tocaba con sus labios dulcemente
en el febril insomnio del amor.
Buscaba yo la mujer pálida y bella
que en sueños me visita desde niño,
para partir con ella mi cariño,
para partir con ella mi dolor.
Como en la sacra soledad del templo,
sin ver a Dios se siente su presencia,
yo presentí en el mundo tu existencia,
y como a Dios, sin verte te adoré.
Amar es empapar el pensamiento
con la fragancia del Edén perdido,
amar es
llevar, llevar herido
con un dardo celeste el corazón.
Es tocar los dinteles de la gloria,
es ver tus ojos,es escuchar tu acento,
es en el alma llevar el firmamento
y es morir a tus pies de adoración.