Araca corazón! Cállate un poco!
y escucha por favor este chamuyo,
si sábes que su amor es todo tuyo
y no hay motivos para hacerse el loco,
araca, corazón, cállate un poco!
Así cantaba
un pobre punga,
que a la gayola por culpa de ella,
fué a descansar, mientras la paica,
con sus donaires,
por esas calles de buenos aires
se echó a rodar.
Mas como todo se acaba en esta vida,
una tarde salió de la prisión
y al hallarla, le dijo el pobre punga,
volvé de nuevo al nido, por favor.
Volver no puedo,
dijo la paica:
el amor mio
ya se acabó,
pasó una sombra,
se oyó un balazo,
cayó la paica
y una ambulancia
tranquilamente
se la llevó.
Y, nuevamente, en las horas de la noche,
cuando duerme tranquilo el pabellón,
desde la última celda de la cárcel
se oye cantar del punga esta canción,
Araca corazón, cállate un poco
y escucha por favor este chamuyo,
si sabes que su amor nunca fué tuyo
y no hay motivos para hacerse el loco...
araca, corazón! Cállate un poco!