Ponme una mano en los ojos
y hazme otro cuento de amor
y me hallarás bajo el pelo
una flor de cieno.
Todo lo amargo del mundo,
pónmelo bajo esa flor
que una mañana cualquiera
hará explosión…
Y van a ver qué fiesta de colores,
qué tremenda solución,
por donde se esté saliendo el agua clara,
habrá que coser el botón
en las camisas transparentes y hasta con los dientes
hacer la canción.