(Tonada de desengaño, recogida en Ñuble)
Padezco grave dolor,
dolor de no poder verte.
Verte a ti, no hay mayor gloria,
gloria de tanto deleite.
¿Hasta cuándo
me vai a tener penando?
Que estoy privado del verte
me consolaré llorando.
Ay, ay, ay, ¿hasta cuándo
me martiriza mi suerte?
Deleite no hay en mis ojos,
ojos que llorando están,
estarás en mi memoria,
memoria en que reinarás.