(Canción cantada en público sólo una vez, en el Festival de Río Claro de 1970. Transcrita desde una grabación de Carlos Valladares)
Quiso el hombre una vez
entrar en su destino,
pero estaba todo preparado:
había para él una siembra, una cosecha,
había para él una luz, una tiniebla.
Su destino estaba en una estrella
una vez, sólo una vez.
Quiso la muerte una vez,
desviar en su camino,
pero estaba todo preparado:
había para ella una fosa y una cruz,
había para ella una lágrima y un cirio.
Su camino estaba señalado
una vez, sólo una vez.
Quiso el niño una vez
seguir siempre de niño,
pero estaba todo preparado:
había para él una rosa y una estrella.
había para él volantines y centellas.
Su destino estaba en otra estrella
una vez, sólo una vez.
Quiso el hombre una vez
rebelarse en su destino,
pero estaba todo preparado:
había para él uniformes y una guerra.
La muerte y el destino
fueron sus compañeros.
Su destino estaba en una estrella
una vez, sólo una vez.