(Canto a lo divino, recogido en Ñuble)
– Qué glorioso el angelito,
flor de mano entretejía,
que a la cabecera tiene
Cristo y la Virgen María.
Vide volar un palomo,
lo vide encumbrar el vuelo
y su voz y canto dice
que lo sigan para el cielo.
Fue mi paire y mi abuelo,
yo por ellos voy rogando.
La gloria me está llamando
y la fe de Jesucristo.
Y eso porque ya me voy.
Adiós, pues, mi hermanito.
Adiós, pues, maire querí’a,
ya luego se va su hijito.
Ya se va este palomito,
va volando a la perdí’a.
Pobre de su triste ví’a,
y a Dios pasaré amoroso
que lo veo tan penoso
que por mí estará llorando.
La gloria me está llamando
y la fe de Jesucristo.
Y eso porque ya me voy.
Adiós a mi abuelito.
Adiós, pues, maire querí’a,
me voy pa’ tierras extrañas.
Adiós, quien me bautizó
y quien me hizo las entrañas.
Me llevaré en su compaña
y ahora en este momento
no sé dónde hei de asentar
y ‘ónde Dios me ponga asiento.
Ya se fue este palomito,
se paró en el firmamento.