(Dedicado al presidente Salvador Allende)
Toda la alegría inmensa
de entregar tu gran esfuerzo
al mineral, la montaña,
al trigo y a los helechos,
compañero Presidente.
En la penumbra y la sombra,
en la luz y en el silencio
corren los versos altivos
en las gargantas del pueblo,
compañero Presidente.
La proeza de liberar las cadenas y los yugos, de encender la hoguera justa y sentarnos como amigos, compañero Presidente.
Y que empiece la jornada
de construir nuestro mundo
donde ayer entraba angustia
ahora es un río fecundo,
compañero Presidente.
Y que cante ahora libre
el corazón de tu pueblo
que esperó pacientemente
en la vereda del tiempo,
compañero Presidente.
Y salieron las brigadas, las madres, los estudiantes, obreros y militantes a celebrar la jornada,
compañero Presidente,
¡compañero!