(Chapecao, danza de apuestas, recogida por Violeta Parra)
Yo crié un palomo, caramba,
sólo para mi recreo.
Me paso llorando, caramba,
cuando no lo veo.
¡Ay, mi palomo,
tanto que lo amé!
Dejándome sola, caramba,
se voló y se fue.
Él no come trigo
ni tampoco arroz,
sólo se alimenta, caramba,
con mi fino amor.
Me subo a un cerrito, caramba,
por verlo pasar,
lo tapa una nube, caramba,
me pongo a llorar.