Pongamos más amor en nuestro vino, hermano.
Quitemos el dolor de la copa que alzamos.
Gané mi pan, mi lucha, mi poema.
Dejé la lluvia, el viento, mis emblemas.
Y si en la copa ponemos mundo y vida
será semilla de amor y no se olvida.
Pongamos más amor en nuestro vino, hermano.
El tiempo será hoy de enlazar nuestras manos.
Mi corazón cautivo no se siente,
piensa emigrar de mi copa doliente.
Sonreirá la arena y la guitarra
y nuestra mesa será una tibia jarra.
Pongamos más amor en nuestro vino, hermano.
Alcemos nuestra voz sintiendo que cantamos.
Mi madre fue paloma mañanera
que recorrió los ríos con sus penas
Por eso canto: pongamos en el vino
la madrugada del amor que sentimos.