(De “La magia más vieja” [1970].)
En Tafí Viejo ha muerto Elba Susana,
dice el diario de este 2 de julio de 1969.
Murió durante los incidentes entre huelguistas y policías ferroviarios. Ayer, cuando la noticia de su herida,
tenía tres años. El padre ha dicho que la policía disparó contra un grupo de obreros. Ayer la noticia dijo que Elba Susana jugaba en el patio de su casa y una bala le rompió el vientre y salió por su espalda. Y la herida, según la noticia, tenía cuatro centímetros de diámetro; una rosa que yo hubiera querido besar. Y que me digan ahora y... y que me digan: ”Los invito a conversar, señores.” Quiero escucharles decir que fue una tragedia, que fue un lamentable accidente, que la vida continúa. La propiedad privada sigue abrigada, protegida, llena de serpientes y veneno. ¿Quién me da un jazmín por Elba Susana del Valle? Cambio una calesita de caramelos y... todos mis versos por Elba... ¿que no... que no sirven esta calesita y todos mis poemas para pagar el rescate? ¿Qué debo hacer yo para que Elba regrese a la vida y me enseñé contar hasta diez? ¿Qué hago yo con mis poemas entonces? ¿Me los como y vuelo? ¿Vuelo hasta donde Elba Susana dejó su campo de sangre? ¡Sí, vuelo!