De “La magia más vieja” (1970)
La policía me trata bien, pero soy el único preso en todos los calabozos. Aquí parece que no hay explotadores ni ladrones que encerrar. ¿Podré preguntar a la policía el porqué?
Hay gente que en la pregunta es gente sabia,
pregunta por una calle o alguna casa.
Y hay gente que en la pregunta más bien se calla.
Prefiero si me averiguan qué cosas pienso
antes que me investiguen si como y duermo,
si como y duermo.
Hay gente que en la pregunta no da la cara,
prefiere morir en duda, más bien se aparta.
Hay gente que en su pregunta no dice nada.
Por eso me gusta el hombro que va buscando
a cada pregunta suya su justo brazo,
su justo brazo.