(Chapecao de la provincia de Concepción)
Pretendo de hacer un ramo
con flores de la pasión.
Azucena y margarita,
florcita, viva mi amor.
Ay sí, ay sí, ay de mí,
azucena del Japón,
porque los suspiros nacen
del centro del corazón.
Ya está el ramito forma’o,
sólo le falta una flor:
ponerle por las orillas
suspiros del corazón.