Una viudita brindaba
con lágrimas ’e cocodrilo
querían que le enrollara
la carretilla del hilo
y antes que cantara un gallo
tenía el mate seba’o
para que se lo tomara
el amigo del fina’o
que vendía al por mayor
tinto para hacer gloria’o.
¡Salud!
La muerte, y una viudita coqueta,
la muerte, me invita pa’l funeral,
la muerte, pa’ que le cante la misa.
La muerte, y la voy a confesar,
la muerte, una viudita coqueta.
Lloramos al fina’o,
tres días justo.
Cuando se sacó el luto
nos dimos el gusto.
Nos dimos el gusto, sí.
Qué lindas flores,
me quedé con la viuda
y sus amores.
Al rey muerto rey puesto,
¡vivan los muertos!