Las dos amigas se encuentran,
quince años que no se ven
siempre las siguió el recuerdo
beso inocente de ayer.
Se atarantan de miradas,
redescubren quién es quien
y se huelen como flores
al contacto de la piel.
Palabras no necesitan,
sólo tienen la intuición
que lo que quedó pendiente
hoy encuentra solución.
Se entrelazan las amigas
cuando va cayendo el sol.
En sus gestos hay urgencias
que delatan la emoción.
Las dos dan el primer paso
sin mentiras ni temor.
Recorren por las espaldas
tiernas y ávidas manos,
al encontrarse los pechos
solitos se desnudaron.
Gotas de miel van rodando
del cielo hasta la rodilla,
las amigas van saciando
antigua sed contenida.
Vuelven y giran los besos
sin límite ni avaricia,
la pasión en una mano
índice de las delicias.