Cristóbal Colón:
Ellos deben ser buenos servidores, como verán Vuestras Altezas, por siete que hice aprender... No tienen secta ninguna ni son idólatras ni saben que sea mal o matar a otros.
Cantemos ahora todos, digamos nuestros cantos
en medio de la clara, florida luz del sol.
Los dioses Viracocha, Ñamandú, Quetzalcóatl,
tenían todo cuanto es posible tener.
Vivían en los picos, cubiertos por las nubes,
suyas eran las aves, el huritu y el caqui;
suyos los animales, el jaguar, la serpiente;
los bosques de canela y suyo el hombre, yo.
A ellos que rigieron las aguas extendidas,
quebradas, ríos, valles, montañas de esplendor;
a ellos que son justos y de mirada recta,
a quienes los antiguos hablaban con temor.