La vida, y me voy a llorar al puerto
mi vida, y cuando los barcos se van,
mi vida, y pensando en los marinos,
mi vida, y en los que no volverán.
La vida, y me voy a llorar al puerto.
Un pescador me dijo
con mucho tino
que en los bares del puerto
está el destino.
Está el destino, ay sí,
que no es la pena,
me gustan los barquitos
en las botellas.
Hay que tener coraje
al abordaje.