Que vivan los viejos verdes,
valientes como el carbón.
Se suben como la leche,
sintiendo el primer hervor.
Que vivan los viejos verdes.
Vivan los viejos verdes,
tan querendones,
comiendo se lo pasan
los muchachones.
Los muchachones, sí
tan suficientes.
Se arman a puras ganas
hasta los dientes.
¡Vivan los viejos verdes,
buenos pa’l pebre!