Soledad era tu nombre,
símbolo de tantos miles,
te llenaron de fusiles
en una tarde invernal.
Tu misión en esta guerra
era encontrar la unidad,
y es ahí que te sorprende
la metralla criminal.
Soledad, ya no estás sola,
tu semilla floreció,
son muchas las soledades
que cuidan tu plantación.
Puede llamarse María,
Rosa se puede llamar,
Soledad se llama hoy día
quien busca la libertad.
De Bahía hasta Santiago,
de Jujuy a Puerto Montt
se abre paso a la conciencia,
a la lucha y al amor.