(Lamento y cachimbo)
Reseco al sol,
reseco al viento,
delgado como tu patria,
callado como el desierto.
Desde El Niño hasta Calama,
por Chiu Chiu y Quillagua
tus pasos siguen el río
y sus solitarias aguas.
Azufre, salitre y yodo,
cobre, manganeso y plata
sacaron tus duras manos
de los cerros y la pampa.
Hombre del Loa, hombre del Loa,
ojos tristes, barba dura,
dedos de sal y de pólvora.
Otro se llevó el dinero
que produjo esa riqueza.
Tú quedaste con tu río,
tu soledad y tu pobreza.