(De ”Tala” - 1938)
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos, que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Se nos va todo, se te va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Se nos va todo, se te va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Se te va todo, se nos va todo,
se nos va todo, todo, todo.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese y sería quemado
en marchas tuyas que nunca más oigo,
y en tu pasión que retumba en la noche,
como demencia de mares solos.
Se nos va todo, se nos va todo,
se te va todo, todo, todo.