Caracoles de Mallorca,
aceitunas de Jaén,
le vamos a dar al niño
que va a nacer en Belén.
Le vamos a dar al niño,
si me deja mi mujer,
que se enoja cuando salgo
y vuelvo al amanecer.
"No le vas a dar al niño",
me decía mi patrón,
"porque si trabajas menos,
más dinero pierdo yo".
"Los regalos para el niño",
me decía el sacristán,
"los guardará el señor cura
hasta el juicio final".