(Cueca)
Que la mentira no es para mí,
no tomo vino ni como ají.
No porque me quedé ajuera
yo dejé de quererte;
no pude encontrar la puerta,
vos tenís que creerme.
Serían como a las nueve
cuando me dio por rezar,
estuve esperando al cura
hasta que empezó a aclarar.
Yo tengo tan mala suerte
cuando me quiero acostar
me empieza a dar vuelta el mundo,
por eso no puedo entrar.
No se me enoje, m’hijita
si tarde me ve llegar,
más vale tarde que nunca
decía mi mamita.