(Cumbia a Bruce Cockburn)
Pásenle el sombrero al bandido americano,
arriba las manos, arriba las manos.
Señores, viene llegando, ay mamá, el bandido americano
quien nunca ha tira’o balas y a nadie le ha hecho daño.
Con su cantimplora de agua para el calor del verano,
va mirando como caen las hojas del calendario.
El bandido americano, ay mamá, es más bueno que San Pablo,
no sabe matar ni en el tiempo, no dice malos vocablos.
Lo siguen hasta Santiago, desde Quito a Bogotá,
porque las coplas que él canta van diciendo la verdad.
El bandido americano, ay mamá, tiene una mujer bonita
que anda cubierta de flores que corta de mañanita.
El bandido americano no anda buscando tesoros
tiene su alma en libertad y eso vale más que el oro.