Portugal dominaba un alto imperio
por los mares y tierras dilatado;
a su rey, Juan II, el ilustrado,
propone conquistar nuevo hemisferio.
Dios atajó al rey vista y sentidos
y no pudo entender lo que decía.
Catorce años lucha con porfía
contra ignorantes, sabios y validos.
Se ofrece luego a Francia e Inglaterra,
a Génova después, patria primera,
siendo la unida España la postrera
tras concluir la musulmana guerra.
Isabel y Fernando, monta tanto,
victoriosos de moros y judíos
después de castigar a los impíos,
el globo entero ansían bajo el manto.