Otro verano me encuentra
Lejos del árbol paterno,
Otros frutos, otras flores,
Verán mis ojos y es cierto.
Que ya no, que ya no,
Que ya no tiene remedio,
Que hay que, que hay que
Y que hay que empezar de nuevo
Para aprender a vivir
Hoy y aquí.
No reconozco a mis hijos,
Me estaré quedando ciego,
O sordo porque ya no escucho
Lo que ellos me están diciendo.
A los cuarenta cumplidos
Voy pasando una frontera,
Extrañas voces me dicen
En tantas extrañas lenguas:
Ojalá alguna estación,
Primaveral o de invierno,
Me deje escuchar el canto
Que repetía mi abuelo:
Que esto no, que esto no,
Que esto no tiene remedio,
Y que hay que, y que hay que,
Y que hay que empezar de nuevo
Para aprender a vivir
O a morir
Allá o aquí.