Buscando camino y luz
bajan los hombres al pueblo,
encuentran tierra y tinieblas,
la suerte de sus abuelos
que trabajaron llorando
toda una vida de duelo.
Póngame atención, hermano,
que se puede equivocar
el hombre siga pa’ ’elante
sin importarle jamás
si lo que está renegando
es la cruz, la espada, o el pan.
Por eso yo canto, Padre,
quiero decir mi verdad:
La estrella del pobre es mala,
se prende sin alumbrar,
como nieve en la montaña
que quema sin calentar.
Igual que el grillo en la noche,
qué canto llora, no sé,
me iré a gritar a los pastos
que no dejen de crecer
porque un día, cuando muera
con ellos descansaré.