“Cuánto tiempo ha de pasar,
antes del viaje esperado”,
pregunta la golondrina
que recién había emigrado.
Una voz suave responde:
qué siente tu corazón
arrancas de los halcones,
hoy vienes buscando el sol.”
Vuela, vuela, golondrina, ¡ay!
vuela y conoce el espacio, ¡ay!
Y dile al sol que quisiera,
quisiera darle un abrazo.
La golondrina no sabe
qué le causa más temor:
negros halcones volando
o la falta de calor.
¡Ay, golondrina emigrante!
qué distinta situación,
la del que emigra obligado
es muy triste condición.
Por eso vamos subiendo
la cuesta como un calvario.
Hombre que sufre en la tierra,
hay que ofrecerle un sudario.