Un corazón como el tuyo,
ay, lo quisiera encerrar
en un frasco de perfume
y que no pueda arrancar.
Te vai, me voy,
¡qué solito estoy!
Un corazón como el tuyo
que me dejó de querer
con un puñalito de oro
lo voy a hacer padecer.
Dos corazones amantes,
tiritando de emoción,
se reconocen de lejos
los denuncia la pasión.
Un corazón como el tuyo
que no conoce la mar,
se fue a navegar solito
en busca de libertad.