Pisagua se le hizo poco
a la bestia en el poder
y nos manda más al norte,
en mula creo que fue.
La cuesta de Larancagua,
donde el viento llora y gime,
hace llorar al valiente
porque el corazón oprime.
Pusitunca para el frío,
aguardiente quema el sol.
La pena crece en la altura
y se achica con el alcohol.
Poconchile primer punto,
Parinacota después,
será el alma del destierro
la cumbre de los Andes.
El corazón aymará,
sangrante como una rosa,
silencioso como el tiempo
de chuño, chañar y coca.