Como canario de ingenuo
yo le pregunto a mi hermana:
¿Cuándo llegará el mañana,
que se pueda regresar?
¿Dónde iremos a parar
dando vueltas por el mundo?
ella me mira profundo
y me dice: hermano mío,
como el agua de los ríos
a la mar hemos de dar.
Yo me conformo esperando
haciendo mis pobres versos,
lamiendo cual perro el hueso
de la verdad popular.
Y a ver si aprendo a payar
y así no pierdo mi tiempo,
y mi lenguaje materno
lo cuido como un tesoro,
pa’ mí son pepitas de oro
que guardo en este cuaderno.
Esperar siempre es difícil,
sobre todo al la’o ajuera
y aunque quieras o no quieras
puertas tendrás que golpear.
Unas se te abren sonriendo,
otras mejor arrancar,
unas te dicen ”m’hijito”
y las otras ”criminal”.
Que está dividí’o el mundo,
es verdad universal.
Y así seguimos rodando,
blancos, negros y amarillos,
recorriendo los pasillos
del edificio del mundo.
Sobre todo si es profundo,
pensamiento y posición
pienso que esta situación
no se arregla fácilmente.
Hay que matar mucha gente
y esa no es mi profesión.