Compañera, abra los ojos,
ya la noche terminó,
el trabajo nos espera
y debemos ir los dos.
Junto a su mano yo anduve
buscando el ancho camino
el del hombre generoso,
generoso como el vino.
Compañera, compañera,
hoy la patria necesita
que sean miles de manos
que trabajen en la trilla.
Usted le dirá a su hijo
que camine con confianza,
que nunca estuvo más cerca
de agarrar una esperanza.
Dígame si no es hermoso,
compañera, demostrar
que muchos granos de arena
pueden contener al mar.