Un buen amigo tengo yo,
su amor salvó mi vida;
y por su muerte gozo hoy
tal gracia inmerecida.
Y con el lazo de este amor,
que nunca se ha cortado,
seguro puedo siempre andar,
a él estoy ligado.
Un buen amigo tengo yo,
el ser me dio al crearme,
y a sí mismo se entregó
a fin de rescatarme.
Pues, cuanto tengo es todo de él,
él mismo me lo ha dado;
mi vida, fuerza y corazón,
a él le he entregado.
Un buen amigo tengo yo,
el Todopoderoso,
que quiere al fin llevarme a mí
a su hogar glorioso.
Para animar mi vida aquí,
me deja ver su gloria,
y con la ayuda que me da
yo gano la victoria.
Un buen amigo tengo yo,
tan fiel y tan amante;
mi sabio consejero es,
mi protector constante.
De quien al mundo tanto amó,
jamás podrá apartarme
ni el mundo, ni la muerte, pues
soy suyo para siempre.