Dime la antigua historia
del celestial favor;
de Cristo y de su gloria,
de Cristo y de su amor.
Dímela con llaneza,
con toda candidez,
porque es mi mente flaca
y anhela sencillez.
Coro:
Dime la antigua historia,
cántame la victoria,
háblame de la gloria
de Cristo y de su amor.
Dime tan dulce historia
con tono claro y fiel:
Murió Jesús, y salvo
tú puedes ser por él.
Dime la historia
cuando me oprima la aflicción
y quieras tu a mi alma
brindar consolación.
Dime la misma historia
cuando a tu parecer
me cieguen de este mundo
el brillo y el placer.
Y cuando ya vislumbre
del día final la lu
zrepíteme la historia:
Quien sálvate es Jesús.