Ama el Pastor sus ovejas con un amor paternal;
ama el Pastor su rebaño con un amor sin igual.
Ama el Pastor a las otras que desarriadas están,
y conmovido las busca por donde quiera que van.
Coro:
Por el desierto errabundas velas sufrir penas mil,
y en sus brazos las lleva tierno de vuelta al redil.
Ama el Pastor sus corderos; ama muy tierno el Pastor
a los que herrantes, heridos, se oye gemir de dolor.
Ved al Pastor conmovido por los collados vagar,
y a los corderos en hombros, vedlo llevándo al hogar.
Ama las noventa y nueve que en el aprisco guardó;
ama las que descarriadas por el desierto dejó.
”¡Oh mis ovejas perdidas!,” clama doliente el Pastor.
”¿Quiénes vendrán en mi ayuda para mostrarles mi amor?”
Son delicados tus pastos, tranquilas tus aguas son;
henos aquí, ¡oh, Maestro!, danos hoy tu bendición.
por las ovejas perdidas de tu redil, buen Pastor.