Roca de la eternidad, fuiste abierta para mí; sé mi escondedero fiel; sólo encuentro paz en ti, rico, limpio manantial
en el cual lavado fui.
Aunque fuese siempre fiel, aunque llore sin cesar, del pecado no podré justificación lograr; sólo en ti teniendo fe, deuda tal podré pagar.
Mientras tenga que vivir
en el mundo de maldad; cuando vaya a responder en tu augusto tribunal, sé mi escondedero fiel,
Roca de la eternidad.