Del alba al despuntar,
oh alma, al despertar
bendice al buen Jesús.
Y luego al arrostrar
el arduo batallar
bendice al buen Jesús.
Oh alma, en dulce paz,
en plácido sola
zbendice al buen Jesús.
Y en tiempo de aflicción,
en ruda tentación
bendice al buen Jesús.
Marchando de él en pos
hacia el Edén de Dios
bendigo al buen Jesús.
En la eternal mansión
con alma y corazón
bendeciré a Jesús.