Bendiciones ricas, libres,
cual copiosas lluvias das,
refrescando a los sedientos.
Cristo amante, ¡oh dámelas! Dámelas, dámelas;
Cristo amante, ¡oh dámelas!
No me pases, Padre amante,
aunque es vil mi corazón,
Ven, oh Dios, en este instante,
dame aquí tu bendición.
Bendición, bendición,
dame, oh Dios, tu bendición.
tu bondad no aprecié;
en el mundo he confiado,
¡oh, perdona y sálvame!
¡Sálvame, sálvame!
¡Oh, perdona y sálvame!
Santo Espíritu divino,
tú que vista al ciego das,
dame el mérito de Cristo,
habla a mí alma dulce paz.
Dulce paz, dulce paz,
habla a mi alma dulce paz.