Danos el fuego que ardió
en hombres tales cual Daniel,
que en rudas pruebas lo guardó
y lo mantuvo siempre fiel.
Danos el fuego que animó
la fe potente de Abrahán,
que a Pablo un gran valor le dio,
y amor profundo al joven Juan.
Danos del cielo la virtud,
la que a Elias dio poder.
Danos tu divinal salud,
tu fe y tu gracia a conocer.
Pronto en las nubes volverás;
necesitamos mas fervor;
y te imploramos además:
Danos tu Espíritu, Señor.