Arrolladas las neblinas,
a la vista el esplendor
de las sierras y las rías
a la luz y amor del sol;
del Señor el arco viendo,
de promesas la señal,
con amigos verdaderos
gozaremos claridad.
Coro:
Como nos conocerán,
llegaremos a tener
pleno y recto entendimiento,
paz, tranquilidad, placer; justamente juzgaremos,
sin las nieblas del ayer.
Caminar atribulados
contemplando el porvenir,
es sombrío; duro y largo
en la soledad sufrir.
Mas la voz: “Venid, benditos”,
a las penas fin pondrá;
en la aurora allá reunidos,
tras las nieblas, claridad.
Todos, dicha rebosando,
del gran solio en derredor,
entre amantes, entre amados,
tendrán santa comprensión.
Do los redimidos cantan
su rescate sin cesar,
una vez rasgado el cielo
gozaremos claridad.