No me pases, no me olvides,
tierno Salvador;
muchos gozan tus mercedes,
oye mi clamor.
Coro:
Cristo, Cristo,
oye tú mi voz;
Salvador, tu gracia dame,
oye mi clamor.
Ante el trono de tu gracia
hallo dulce paz;
nada aquí mi alma sacia,
tú eres mí solaz.
Sólo fío en tus bondades,
guíame en tu luz,
y mí alma no deseches,
sálvame, Jesús.
Fuente viva de consuelo
eres para mi;
mi alma pone en ti su anhelo, solamente en ti.