Promesa dulce: “Yo vendré,
y a los que sufren salvare.”
Responde mi alma: “Presto ven;
ansioso esperare.”
Coro:
Ven, Señor, mi Redentor!
Ven, Señor, mi Redentor!
Responde mi alma: “Presto ven,
Señor, mi Redentor.”
Los santos vuelven a vivir,
al cielo todos subirán;
y en tierra atado anos mil
ha de quedar Satán.
Desciende entonces la ciudad,
los malos levantados son
a oír el fallo de su juez:
”Eterna perdición.”
El nuevo Edén florecerá
en hermosura celestial;
jamas la muerte turbara
la playa inmortal.