Las faenas terminadas, con el nocturnal telón
que de los celestes atrios ya desciende en bendición,
viene el sábado glorioso, de lo alto el rico don.
Depongamos toda carga, toda cuita, todo afán;
y pidamos ante el Padre, do sus hijos hoy están,
en el sábado glorioso, el divino y vivo pan.
Padre, tu favor concede; por la noche guárdanos;
que sintamos tu presencia;
con la luz despiértanos en el sábado bendito,
tu preciado día, oh Dios.