Cristo, el Pastor divino, llámate sin cesar:
"Entra al redil seguro, donde podrás reposar";
ven cuando tienes la fuerza, ven en tu juventud;
entra al seguro regazo, donde hallarás la salud.
Coro:
Con tierno amor te invita el Señor:
"Ven, peregrino, oh ven sin temor";
ven, que aguarda al más vil pecador
Cristo, el divino Pastor.
Cristo, el Pastor divino, quiso morir
por ti.
Llámate con ternura: "Ven, alma errante, a mí.
Ven, pues es grande el peligro, ven", dice el buen Pastor;
ven al seguro regazo, donde hallarás el amor.
Grande es el peligro, pues cual león fero
zbusca el enemigo darte una muerte feroz.
Cristo, el divino Maestro, llámate sin cesar:
"Entra al seguro regazo, donde podrás reposar"