¡A la luz, a la luz,
al encuentro de Jesús!
Por él arde mi deseo.
¡Oh qué gozo cuando veo
los fulgores de la cruz!
Pronto haz, pronto haz,
santo Príncipe de paz,
que con todos los salvados,
por tu sangre rescatados,
yo contemple allí tu faz.
¡Dulce son, dulce son,
de los ángeles canción!
¡Si sus alas yo tuviera,
volada a aquella esfera,
a los montes de Sion!
¡Qué será, qué será,
en Salem entrado ya,
do las calles brillan de oro
y prorrumpe el Santo Coro!
¡Cuánto gozo espero allá!