Jubilosas nuestras voces
elevemos con fervor,
para dar la bienvenida
a los siervos del Señor.
Coro:
¡ Bienvenidos! ¡ Bienvenidos!
¡ Adalides de Jehová!
Parabienes no fingidos
la congregación os da.
Bienvenidos, los campeones
de la fe y la verdad,
a vosotros tributamos
nuestro afecto y amistad.
Bienvenidos los soldados
de las huestes de Jesús,
los que luchan denodados
por el triunfo de la cruz.