¡Oh, cuán dulce es la promesa
del Señor Jesús, mi Rey!
Al confiarle el ser me dice
Coro
¡Ya no temas! ¡Ya no temas.
pues contigo siempre estaré!
Ya no temas! ¡Ya no temas,
porque nunca te dejaré!
Soy tu Dios y para librarte,
de ti cerca estaré;
oh, no temas, pues seguro
por la mano te guiaré.
Por tu vida di mi sangre.
Por tu nombre te llamé.
Eres mío, mucho te amo.
nunca, nunca te dejaré.
Aunque eras muy rebelde,
Con amor yo te busqué,
y ahora te prometo
"Refugio siempre te daré".