¡Oh Jesús!, mi cruz levanto
y en tus pasos quiero andar;
abandono el falso encanto
para tu merced gozar.
Dejo vanas ambiciones
y la dicha mundanal;
gozaré tus bendiciones
mientras luche contra el mal.
Que me deje el mundo entero
como a Cristo abandonó;
todo aquí es pasajero;
en Jesús confío yo.
No vendrá el asolamiento,
pues le sirvo desde hoy;
no tendré contentamiento
si alejado de él estoy.
Alma mía, mira a Cristo
Con los ojos de la fe;
él la gloria te ha provisto;
alma mía, ¡firme se!
Pronto acabara mi senda;
Ya reposará mí pie;
Terminada la contienda
Con Jesús yo viviré.