Bajo sus alas ¡seguro descanso!
aunque anochece y amaga el turbión,
en él confío, su brazo me guarda;
hijo soy de su eternal redención.
Coro:
Salvo en Jesús, salvo en Jesús,
¿quién de él podrá apartarme?
Bajo sus alas mi alma estará
salva y segura por siempre.
Bajo sus alas ¡eterno refugio!
Tanto lo anhela este fiel corazón. Si para mí no hay remedio en la tierra, Cristo me sana y me da bendición.
Bajo sus alas, ¡placer indecible!
Me escondo aquí mientras pase mí afán.
Fiel protección de mí fiero enemigo,
paz y salud me proporcionarán.